La más reciente Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia ENSIN del año 2010 arrojó un resultado preocupante, pero que no resulta ajeno a la mayoría de la población: Colombia presenta un alto índice de obesidad (que no es lo mismo que sobrepeso), que aún si es menor que el de otros países de la región –como México-, es, in abstracto, un problema de salud pública.
De acuerdo con la referida encuesta, en el país uno de cada seis niños presenta sobrepeso u obesidad (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, 2010). Por otro lado, en los adultos uno de cada dos presenta exceso de peso, y uno de cada seis es obeso (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, 2010).
Según Dejusticia, aunque las cifras de 2015 no han sido publicadas, se prevé que esta tendencia a la obesidad está en aumento, dado que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimó que en 2014 el 56,7% de los colombianos presentan exceso de peso (Organización Panamericana de la Salud, 2014).
Con el objeto de frenar el mencionado problema Colombia decidió sumarse a la tendencia que actualmente algunos países han adoptado ante su preocupación por los efectos que ocasionan ciertos productos y hábitos de consumo sobre los costos en la salud pública; en concreto se trata de un impuesto que grave el consumo de bebidas y alimentos con ciertas concentraciones de calorías o azúcares, precisamente con el objeto de desincentivar su consumo.
Por ejemplo, países como México, Chile, Francia y Estados Unidos (en algunos Estados) han sido pioneros en la implementación de este impuesto. En todos los casos se aplica un impuesto específico unificado por litro de producto. En Colombia, dicho impuesto se intentó implementar con una tarifa de $300 por litro.
En el Congreso se debatió su implementación con dos posturas en contienda: una encabezada principalmente por la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) y la Asociación de Bares de Colombia (ASOBARES), -no obstante con la presencia de otros sectores, como FENALCO- que apelaron por su no implementación, y, en la parte opuesta, una protagonizada por sectores académicos, de salud y del gobierno nacional, Como es sabido por la mayoría de los colombianos, por argumentos más económicos que científicos o etiológicos, en todo caso el Congreso de la República terminó por votar desfavorablemente sobre la implementación de dicho gravamen. Al respecto es importante resaltar que su votación desfavorable no tuvo un partido único, por el contrario, durante la votación hubo argumentos de sectores políticamente divergentes para su no implementación, sin embargo, de la investigación realizada por el Observatorio de Hacienda Pública y Derecho Tributario se pueden extraer las siguientes cuatro conclusiones:
1. El impuesto a las bebidas azucaradas, pese a las recomendaciones y deberes legales tanto nacionales como internacionales que ha contraído el Estado, no se implementó por estrictamente razones económicas.
2. Los argumentos esgrimidos por el sector a favor de la no implementación del impuesto aquí tratado son cuestionables en tanto, por un lado, no desmienten la necesidad del mismo, sino que se resume en atacar sus efectos nocivos en la economía (cuando no en la salud) y, por el otro, fueron presentados por personas que pertenecen al mismo sector, lo que consecuentemente hace eco de su parcialidad.
3. El impuesto no ha hecho cambios profundos en sociedades similares a la colombiana debido a su reciente implementación; resulta apenas natural que aún no se hayan arrojado resultados contundentes para un proyecto sometido a implementarse exitosamente sólo a largo plazo.
4. Para que el impuesto se implemente sin violar el principio constitucional de no regresividad de los tributos, se deben establecer tarifas diferenciales en los alimentos sanos de tal manera que se vea compensado el gravamen.
Referencias
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. (2010). Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia 2010 ENSIN. Recuperado de:
www.icbf.gov.co/portal/page/portal/Descargas1/Resumenfi.pdf
Organización Panamericana de la Salud. (2014). Prevalence of overweight and obesity (BMI ≥ 25 kg/m²) in adults aged 18 and over in countries of the Americas. Recuperado de:
www.paho.org/hq/index.php?option=-
com_content&view=article&id=11674%3Aprevalence-of-overweight-and-obesity-in-the-americas&catid=7237%3Ainfo&Itemid=0&lang=en
